Servitas celebra con toda solemnidad los Dolores de la Santísima Virgen

Como culminación del solemne Septenario que se ha desarrollado en la iglesia de San Bartolomé-Santa María de la ciudad de Murcia, desde el pasado 20 de marzo, ésta tarde, la secular Cofradía de Servitas de Nuestra Señora de las Angustias ha celebrado la tradicional Función Principal de Instituto en honor de su patrona, cuya imagen ha presidido los cultos en el altar efímero instalado al efecto en el presbiterio de la referida iglesia.

Tras el volteo de campanas, a las siete y media de la tarde, ha dado comienzo el acto con la meditación y canto de los Siete Dolores de la Virgen, interpretados por la Coral Discantus según la composición realizada en el siglo XIX por Antonio López Almagro para Nuestra Señora de las Angustias. Seguidamente, han recibido el santo escapulario de la orden de los Siervos de María, seis nuevos hermanos.

A las ocho, con el Coral 23 de J.S.Bach, daba comienzo la solemne Eucaristía en la que, la gran cantidad de fieles, han podido escuchar obras de M. Kuck, J.Usandizaba, F. Schubert, Ch. Gounod y Kodaly. En la misa, presidida por el Prior-Consiliario Don Roberto Burgos Azor auxiliado por el Diácono de la Parroquia, han participado, junto a la Presidenta, Junta de Gobierno y Camareras de las imágenes, el Concejal del Excelentísimo Ayuntamiento de Murcia, Jesús Pacheco, el Presidente del Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías, José Ignacio Sánchez Ballesta, el Nazareno del Año, Ramón Sánchez-Parra Servet y varios presidentes de cofradías murcianas, tanto de gloria como pasionarias. Como es tradicional, la celebración ha concluido con el canto de la Salve a la Santísima Virgen.

Con todo ello, un año más, fieles a una tradición de siglos, los Servitas murcianos han dado cumplimiento a lo decretado por la Sagrada Congregación de Ritos el 18 de agosto de 1714, definiendo que el viernes siguiente al domingo de pasión se haría memoria de los dolores de la Virgen y que dicha fiesta, creada en atención a lo solicitado ante el Papa por el Prior General de la Orden Servita, tendría, perpetuamente, para sus religiosos, religiosos, congregantes y cofrades, rango de solemnidad.